Fuego y una inmensa humareda
fue lo que encontraron en la última inspección funcionarios de la Municipalidad
Provincial de Huaura quienes se trasladaron hasta el botadero de residuos sólidos
de la ciudad.
La contaminación es más que
evidente propiciada por los propios recicladores del lugar motivados por un negocio
en auge, el comercio de la ceniza.
Quienes se decían a esta
actividad refieren que los incendios registrados de manera continua son provocados
por personas que laboran la parte alta del botadero afectando en sobremanera a
todos los recicladores.
“Claudio Alarcón Villanueva,
está acostumbrado a prender y hacer negociación con sus cenizas, eso lo digo
claramente, pues se ubica en la parte de arriba y nunca da la cara cuando bien ustedes”
afirmó, Rosa Arquinigo Vega, recicladora.
El hecho a su vez ha
generado enfrentamientos con trabajadores del municipio cuando estos intentan
ingresar las maquinarias al lugar retrasando los trabajos.
Por su parte Richard Alarcón,
gerente de servicios públicos, indicó que pese a las coordinaciones, las
reincidencias de estos casos evitar que se tenga un botadero controlado.
Sin embargo la situación más
preocupante es la exposición de menores que se dedican a estos trabajos y que
integran las más de doce familias que laboran día a día en el botadero
municipal.
“Esto es algo preocupante
vamos a tener que verlo con la DIRESA y las instancias correspondientes para
que no puedan estar propensos a tener algunas enfermedades” detalló.
Los municipios de Hualmay, Huaura,
Santa María y Huacho buscan el cierre sistemático de este lugar hasta concretar
el proyecto de construcción de residuos sólidos en Acaray.
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