Al noreste de Huacho, en Pampa de Ánimas, hay una laguna llamada LA ENCANTADA, que antiguamente los pobladores de ese lugar lo llamaron Paraquincho. Según cuentan, en esta laguna, de aguas oscuras, vive una serpiente enorme y horrible que cuida los inmensos tesoros que guardan en el fondo.
Al animal mostruoso, que muchas personas aseguran haber visto lo llaman Huaracuy, cuya presencia se hace visible, sobre todo en las estaciones de Invierno.
Cuando luego de una llovizna el sol irrumpe en sus tenues aguas las olas se agitan y dentro del remolino surge la figura de Huaracuy, que con fuerza extraordinaria salta veloz, cual un rayo, y clava sus dientes sobre la orilla de la laguna, transformándose en un enorme arcoiris.
Dice la leyenda que habían dos hermanos muy trabajadores que vivían por la zona, los cuales eran muy unidos y serviciales el uno con el otro. Un buen día llegó a estas tierras una anciana acompañada de una jovencita, la cual era muy hermosa, ojos negros, cabellera larga, tez clara.
Los hermanos quedaron impactados con su belleza y empezaron a cortejarla, cada uno por su lado, pero ella no se decidia por ninguno de los dos.
Hasta que se le ocurrió que elegiría al que le trajera el tesoro más grande que hubiera.
Ambos en su afán de ser elegidos salieron a buscar lo que deseaba su amada. El mayor tuvo mejor suerte y pudo encontrar lo que estaba buscando. El otro en cambio, por más que intentó, no pudo hacerlo, pero se dio cuenta que su hermano regresaba feliz. Los celos y la envidia le invadieron, entonces emboscó a su hermano cerca de la laguna y terminó con su vida hundiendo su cuerpo en el fondo de las aguas.
Pero la anciana que era una hechicera, dándose cuenta lo que había hecho el hombre, se enfureció y pronunciando unas palabras mágicas convirtió al hombre en la serpiente que conocemos como el Huaracuy, en castigo por su comportamiento.