¿QUE RECUERDOS DEL EX CINE COLÓN?

Tenía 5 años aproximadamente y la sala del cine lucía completamente oscura, me sentía perdido y solo atiné a llamar a mi madre en medio de una multitud que buscaba silenciar cualquier ruido con ese clásico shh.

Ese es el más claro recuerdo que tengo del cine Colon, esa imponente infraestructura de dos pisos que se alzaba orgullosa en plena Plaza de Armas.

Un lugar mágico para un niño, como lo era en aquel entonces, donde al subir por esas escaleras a la platea era como ingresar a un mundo indescriptible que vencía al viejo televisor en blanco y negro y te permitía vivir aventuras de una forma casi mágica.

Como único superviviente a la crisis inflacionaria de los 80, el Colón se convirtió en el punto de encuentro de aquellas generaciones de jóvenes que por la década de los 90, intentaba sobrevivir a un país que buscaba reconstruirse a sí mismo.

Los años llevaron del auge a la decadencia a este ‘coloso’ que para inicios del nuevo milenio su primer nivel se vio convertido en una sala de juegos, enterrando la historia y el prestigio que algún día alcanzó junto a las familias de esta ciudad.

Reducida a una galería en el segundo nivel, aún recuerdo haber visto las dos últimas películas en este cine El crimen del Padre Amaro con la gran actuación de Gael García Bernal; y Señor y Señora Smith con las figuras mediáticas de la época, Angelina Jolie y Brad Pitt.

Las mismas emociones de cuando era niño evocaban a mi mente cuando estaba en el Colón, sin saberlo era última vez que estaría en este cine, mis padres me esperaban afuera y como en mis primeros años nos íbamos a casa, pero esta vez para no volver.

Sus últimas llamaradas de vida se verían reflejadas en la exhibición de películas clásicas, para luego cerrar sus puertas y permanecer como un recuerdo abstracto con una infraestructura parecida a un escenario de la post-guerra.

Pasarían 10 años después de su cierre, para que un cine volviera a asomarse a Huacho con el boom de los multicines en el país.

Muchos refieren que Huacho tiene una deuda moral con este cine para levantarlo de los escombros, pues por muchos años y para muchos era uno de los pocos puntos de escape familiar de una realidad que nos consumía y que terminó por consumir a nuestro viejo Cine Colón.