Cinco pequeños cerditos
pueden haber salvado la vida a una tigresa del zoológico de California (EE.UU.) que se hundía en una peligrosa depresión, tras la
muerte de sus cachorros nacidos prematuramente.
La
felina empezó a decaer psicológicamente. No quería comer, no reaccionaba a los
estímulos, solo dejaba pasar las horas.
Los veterinarios
creen que se sumió en ese estado por la pérdida de sus crías, así que
comenzaron a buscarle cachorros que sustituyeran a los suyos. Como en los zoos
no hallaron crías de tigres, decidieron llevarle cachorros de otras especies.
Los
únicos que encontraron fueron cerditos huérfanos. Fueron envueltos en ‘piel de
tigre’ y colocados al lado de la tigresa.
Los
veterinarios temían que la tigresa, al ver a los chanchitos, los
ataque.Felizmente, pasó esto último, pues los aceptó encantada.
Los
alimentó, cuidó y limpió como si fueran sus propios hijos.
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