Un situación que ha llevado
que diariamente un gran número de mamitas tengan que recorrer con sus baldes
grandes distancias para llevar el agua a sus casitas, por angostas veredas que podrían
ceder en cualquier momento.
De igual forma los ancianos
ruegan al cielo no caer en los enormes huecos, dejados por las excavaciones.
“Estamos cansados de comer
todos los días tierra, las cisternas del agua no llegan, hay problemas para
botar la basura y ante una emergencia o incendio, morimos porque no hay como
llevar ayuda” dijo una mamita entre lágrimas.
“Pedimos al alcalde de Santa María, que se
ponga los pantalones y acelere el proceso no podemos seguir viviendo así”
acotó.
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