jueves, 3 de abril de 2014

CUIDADO CON ENCUESTAS BAMBAS

Dan resultados sin siquiera haber entrevistado a votantes y acomodarían a desconocidos en primeros lugares  


(ASÍ) Faltando apenas 180 días para las elecciones municipales y regionales, aparecen nuevos candidatos que esperan conquistar el repaldo popular a la hora del sufragio.

Si bien es cierto algunos electores ya ha decidido su voto, la gran mayoría sigue su vida normal esperando conocer los planes de gobierno o por lo menos sus lineamientos fundamentales de cada una de las listas competidoras.

De esta observación se puede cocluir que la gran mayoría aún no ha definido por quién va a votar en Huacho, Barranca, Huaral, Cajatambo y Oyòn, igual que en Lima Metropolitana y otras partes del país.

Sin embargo, contraviniendo la legislación vigente por ahí empiezan a aparecer sondeos de opinión que se permiten publicar sus pronósticos combinando una serie de factores como la simpatía personal del candidato, la cantidad de pintas que difunden su nombre, los colores y el logo de su partido, las entrevistas en los medios de prensa y hasta los comentarios que al vuelo se recogen en las calles.

Esto no estaría mal porque en nuestro país hay libertad de opinión y cada quien puede darlas a conocer sin que nadie se lo impida.

El problema está en que hay personas inescrupulosas que envían emisarios a los candidatos, especialmente aquellos que tienen mayor solvencia económica para insinuarles lo conveniente que sería aparecer en lugares expectantes de una encuesta.

Muy sueltos de huesos avanzan su faena elaborando sus indicadores en la oficina, incrementando aquí, recortando allá, calculando un margen para la opciòn No sabe – No opina, de tal manera que la suma total les de 100 %.

(ASI) La segunda parte de la faena es llevar los resultados preliminares a los clientes, perdón, a los candidatos para darles a conocer que los resultados se van a imprimir y difundir por toda la jurisdicción.

Como resulta fácil de entender el propio candidato “bien batido” como se dice en el argot de los vendedores de sebo de culebra, empieza a echar mano a la cartera, porque no solamente quiere saber a qué distancia porcentual está del puntero, sino cómo están los sus adversarios, especialmente aquellos que en determinados distritos le pueden arrebatar el triunfo a sus compañeros de lista.

Dice una máxima de la guerra que para alcanzar la victoria lo primero es conocer bien al adversario, tanto como a las propias fuerzas.

Quien no conoce al adversario, se desgastará en acciones inútiles y al final será derrotado como la historia enseña.

Precisamente para frenar la ambición desmedida de tanto encuestador suelto en plaza, en el Perú solamente pueden realizar encuestas y difundirlas las empresas encuestadoras debidamente registradas, que cuenten con organización, un profesional responsable que analice los datos y que presente, junto con los resultados el universo consultado, los lugares geográficos, la fecha, el cuestionario y el número de encuestadores.

Aún con todo, hasta las empresas que se supone más serias  y aparecen en la televisión de cobertura nacional, se dan maña para “colaborar” con candidatos y partidos de su preferencia, como ha sucedido en todos los comicios electorales, donde los candidatos “fijos” suelen ser derrotados en las urnas porque el pueblo en la cabina de votación dirá la última palabra.

Y así contra todas las encuestas, y la manipulación de los grandes medios, ganan a veces los que estaban bien abajo porque significaban el salto al vacío, demostrando que el pueblo prefiere arriesgarse con los denominados outsiders antes que seguir en las mismas. 

   

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